"Como flotando sobre la línea del horizonte, azuleaban a lo lejos muchas otras montañas", Enric Valor

1 de marzo de 2011

II Etapa de Hermanamiento con Dándolo Todo Penya Ciclista: Betxí, Cielo, Cocons, Eslida, Betxí. IBP83AA


Ruta en bici 837951 - powered by Bikemap 


El domingo fue uno de esos días en los que todo sale bien. Por fin pudimos adentrarnos a explorar la Sierra de Espadán con nuestros más que amigos, Penya Ciclista Dándolo Todo. Teníamos ganas de compartir con ellos una mañana de risas y pedaleo. Allá por Noviembre les presentamos nosotros la Sierra Calderona, así que ahora tocaba explorar las tierras de la Sierra de Espadán, tantas veces vista desde el coche en mis viajes a Castellón. No me defraudó para nada. Espesos bosques y duros repechos te trasladaban a otras tierras difíciles de imaginar tan cerca del mar. La bruma con la que amaneción la mañana del domingo acompañaba para crear aún más si cabe, un ambiente montañero cien por cien.
Estábamos esperando en la gasolinera de Betxí Pablo, Urben y yo cuando llegaron Casero y Caicu. Sin tiempo apenas de saludar emprendemos la marcha hacia la Sierra de Espadan. La encaramos ladeados, por camino asfaltados para de repende abandonar asfalto y oir el crujir de las piedras bajo nuestras cubiertas. Encaramos ahora la Sierra de Espadán.
Rodamos buscando Penyes Altes, impresionantes, hay fotos más abajo. Las bordeamos siguiendo la rambla de Artana en un falso llano que pica hacia arriba poco a poco. Me pongo al mando. Tiro del grupo. Se rompe, presumiblemente por la charreta que supongo que llevan Pablo y Casero, me los conozco y les gusta mucho hablar. La rambla de Artana la dejamos poco antes de llegar al pueblo que le da nombre para comenzar el primer puerto de la jornada. A través de un camino en buenas condiciones ascendemos buscando la senda del cielo. El ascenso es duro, no muy largo, y nos hace entrar en calor. Ahora soy yo el que se queda un poco atrás con Casero, esta vez no hay charreta, no había fuerzas para ello. Sin perder de vista a los de cabeza llegamos a coronar el primer alto de la jornada. Cincuenta metros a pata que nos separan de una deliciosa senda, la Senda del Cielo, bien puesto el nombre, que no sé a qué se debe. La senda, con tortuoso comienzo, mejora con los metros, como los buenos vinos con los años. Y después de un prinicipo titubeante comenzamos a descender en una estrecha pero cómoda senda que nos enamora. La vegetación cerrada sobre la misma la hacen más bonita y disfrutable. Cojonuda, qué coño!
Cuando empiezo cogerle el gusto una rama casi me jode los cambios, así que toca parar, apañar el desaguisado y seguir disfrutando de lo que queda. Al final parada y comentarios.
Última parada antes de enfrentarnos al gran reto de la jornada. La subida a Cocons. El buen estado del camino suaviza en parte la dureza del puerto. Tiene tramos duros, muy duros. El waypoint que me indica el inicio del puerto me sorprende ya en plato pequeño y piñón grande, así que pienso que aún me quedan unos 4 kms. El pulsómetro me estalla cuando intento seguir a Caicu, Urben y Pablo, así que decido quedarme atrás y Casero me da conversación. Poco a poco a la marcha vamos ascendiendo, contemplando la belleza del paraje y las vistas sobre el mar a nuestra espalda. Impresionante. Mientras, en el horizonte, vemos lo que nos queda por subir, y poco a poco llegamos a la cima. Los últimos metros son realmente duros, pero el puerto no defrauda a las espectativas creadas. Bravo!
De ahí descendiendo para llegar a Eslida no sin antes disfrutar de un camino que acaba en unas escaleras romanas, muy curioso y bonito. Un hallazgo así en cualquier otro sitio estaría precintado y de acceso vetado.
Llegamos la Paquita, nos pedimos un bocadillo del ciclista. Peazo almuerzo. Nosotros sin carajillo, luego me arrepentí, si llevaba miel... yo es que soy como las abejas con la miel.
Como dijo Urben "Están los bares y luego está la Paquita" Qué razón llevaba!
Ponemos rumbo a Betxí, ya está la ruta casi cumplida. Asfalto hasta la Ermita de Santa Cristina, donde mi rueda dice basta y toca cambiar la recámara. De ahí a darlo todo hasta Eslida, en cuanto me dejan me pongo a tirar y a animar el cotarro, subimos como centellas la cuesta de la Ganadería para enfilar el descenso y llegar a los coches.
Bonita primera toma de contacto con Sierra de Espadán y todo gracias a Caicu y Casero, perfectos anfitriones en la etapa del domingo.
Desde aquí animar a Pablo el Escocés, que en todo momento estuvo presente en nuestras conversaciones y que sé de buena tinta que siguió los compases de la etapa vía email con Casero en las paradas. Y si esta ruta hizo que desde allí te sintieras un poco más cerca de la Sierra de Espadán acordándote de nosotros, repetiremos con más frecuencia! Ánimo y a buscar buenas rutas por allí Pablo!













3 comentarios:

  1. GRAAAAAN crónica Motibiker! lo das todo sobre los pedales y también en la narrativa. se ha ceñido perfectamente al desarrollo de la etapa. con vuestro permiso, voy a incluirla en nuestro blog, me ha gustado mucho. en abril, haremos el otro hermanamiento a medio camino de nuestras tierras.

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  2. Gracias por la dedicatoria Cecilio, me ha emocionado mucho, de verdad... siento en el alma no poder pedalear con vosotros como quisiera... por aquí estoy buscando algún lugar donde alquilen bicis para inspeccionar el terreno, sin éxito por el momento... aunque por aquí no tenemos lugares tan extraordinarios como la Sierra Espadán... un abrazo!!

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  3. Veo que duplicamos comentarios! jejeje. Pablo, lo primero es lo primero,
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    la bicicleta!!! Y luego otras cosas. Hemos caído en la peor secta! Y luego conoces a colgaos como Caicu y te asustas!

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