Exigente ruta que nos permitirá descubrir la parte NorEste de la Isla de Ibiza haciendo un coast-to-coast de Sur a Norte y vuelta. El track transita por todo tipo de firmes: carreteras secundarias, caminos asfaltados, caminos de tierra, caminos rotos, trialeras y sendas. El perfil accidentado nos obligará a darlo todo en repechos de gran pendiente y emplearnos a fondo en los descensos. Recorreremos la costa con magníficas vistas e incluso accedemos a algunas calas paradisiacas. El IBP de 159 y el acumulado de 1.860 m lo dicen todo de esta ruta.
Gran apoyo logístico y técnico de la empresa de alquiler de bicicletas Ibiza Kandani, que veló en todo momento para que pudiera disfrutar de la etapa sin preocuparme de mucho más que darle a los pedales.
El día de mi cumpleaños me informaban de que tenía un vuelo reservado para disfrutar de dos días de BTT por Ibiza a finales de mayo, ésto que os cuento aquí es lo que dieron de sí ambas jornadas.
La idea de esta ruta era cubrir la mayor parte de superficie de la isla y así, en una sola jornada poder conocer el mayor número de rincones de la misma. La ruta del sábado se basaba en la etapa más dura de la Volta a Ibiza o la que por aquí llaman la ruta de los 88 que une Sant Antoni con Sta Eulalia por Portinatx con algún que otro arreglo para adaptarlo a mis necesidades e inquietudes, que no eran pocas.
A las 7:50h llegaba mi vuelo y a las 9:00h estábamos ciclando saliendo de Sta. Eulalia.
La ruta la compartí con Quico, que en todo momento veló porque no me faltara de nada durante mi estancia en la isla, ejerciendo de perfecto anfitrión. La máquina para la ocasión fue una Orbea Alma alquilada a través de Kandani. En su web cuentan con un apartado para la reserva de la bici que quieras. Un completo formulario para elegir la máquina perfecta según el tipo de ruta que quieras realizar. En nuestro caso la elección fue un acierto, era una ruta rodadora, con algún tramo técnico, pero que con una rígida, como la Orbea Alma con suspensión FOX delante, se bastó para completar el recorrido con éxito. Una bici ágil en las subidas y muy dócil y manejable en las zonas más técnicas. La máquina estaba a punto en el horario acordado, lo que permitió cumplir con los horarios previstos. Repetiría sin dudar para contratar sus servicios.
El perfil de la ruta y el desconocimiento por mi parte del tipo de terreno al que nos íbamos a enfrentar aconsejaba a tomarse la ruta con tranquilidad y sin prisa, aún así completamos el trazado en los horarios previstos por los puntos de paso.
La ruta tendría tres zonas: La primera sería el tramo desde Sta Eulalia hasta Portinatx, la segunda desde Portinatx hasta Illa Blanca y la tercera desde Illa Blanca hasta Sta Eulalia. Recorreremos las zonas menos pobladas de Ibiza y más abruptas, boscosas y escondidas. También sentiremos en nuestras propias carnes la desolación que te produce rodar kilómetros y kilómetros rodeado de bosques recientemente calcinados. Un panorama realmente desolador.
Comenzaremos la ruta desde Sta Eulalia transitando hacia el interior de la isla por caminos agrícolas pero asfaltados, recorriendo zonas de cultivo y visionando típicas construcciones ibicencas. Allá, al fondo, las primeras montañas a las que nos tendríamos que encaramar dentro de pocos kilómetros. A partir del kilómetro 7 y hasta el 14 nos enfrentaremos a los dos primeros repechos en las inmediaciones del pico Furnás, al que no ascendemos en esta ruta. Por pista de grava en buen estado realizamos estas ascensiones separadas por un pequeño descenso para estirar las piernas. Nos adentramos ya en las zonas quemadas y nos encontramos rodeados de montañas que nos impiden visionar el litoral costero, entre tanta montaña nada te hace pensar que a escasos 10 kms a un lado u otro la inmesidad del mar te espera. Los repechos cortos pero intensos, alternados con fuertes decensos, serán la tónica habitual de la ruta. Así iremos devorando kilómetros hasta llegar al punto más al Este de la ruta, en las inmediaciones del Puig de ses Roques ciclaremos por una trialera asequible en sus tercios inicial y final e infumable, al menos para nosotros, en su tramo medio. En las zonas rápidas las ramas calcinadas tiznarían el maillot al invadir el trazado de la trialera. La última parte muy rápida nos deja ya casi a las puertas de Portinatx.
Antes de descender la trialera las vistas son impresionantes, costa al Norte y al Este y una cadena montañosa paralela a la costa cuando miramos al Oeste. Serán los siguientes 30 kilómetros que deberemos de afrontar. Subidas y bajadas de vértigo paralelos a la costa. Tragué saliva, se me puso la piel de gallina y dimos por completado así el primero tercio de la ruta. Empezaba la zona más accidentada donde tendríamos que superar cinco repechos, algunos con más del 20% de pendiente. El asfalto, favoreciendo la tracción, será nuestro mejor aliado para tal reto en algunos de estos repechitos.
Pasamos por Portinatx y tomamos una carretera de asfalto en sentido ascendente que abandonamos al poco para visitar la Cala des Xucla y más tarde la Cala s'Illot des Renclí. La primera desierta y tranquila, la segunda algo más transitada con un restaurante en la parte alta. Ambas impresionantes y paradisiacas.
Ahora toca descender por un camino roto por varios regueros. Llegamos a Benirràs donde tomamos asfalto de nuevo... y menos mal. En Benirràs ciclamos por una carretera hacia Can Vidal, estrechita y con más del 20% de pendiente para luego descender hasta Port de Sant Miquel. A la salida de Sant Miquel el perfil se calca a lo anterior, un gran repecho de un par de kilómetros para luego descender. El problema de este ascenso es que rondará las pendientes anteriores pero sobre tierra, a veces suelta y unas curvas de herradura que nos hacen retorcernos sobre la bici. Estamos en la zona de Na Xamena. Duro ascenso, preciosas vistas y buenas sensaciones sobre la bicicleta, soldado a la rueda de Quico ascendemos a la par a un buen ritmo sin desfallecer.
Volvemos al asfalto que abandonaremos para tomar un camino en descenso hacia la costa de nuevo y transitar paralelos al litoral durante algún kilómetro. Un giro de 90º nos encara con un repecho de dos kilómetros, Els Pujolots, con varias curvas de herradura, un firme inconsistente a base de arena de playa y un entorno arrasado por el fuego. Planto pie a tierra por falta de tracción, de sombras y de fuerzas. Así, mientras Quico hace malabares sobre la bici, le acompaño en el ascenso. Durísimo.
Desde ese punto nos dejaremos caer hasta Can Sulayetas, lugar elegido para comer y reposar. Buena cocina y buen precio.
Es ahora cuando Quico me abandona y pone rumbo a Sta. Eulalia. Yo vuelvo unos metros sobre nuestros pasos y tomo un duro ascenso por Illa Blanca para buscar la Cala Portitxol. De nuevo un durísimo ascenso, con curvas cerradísimas sobre asfalto en buen estado y asfalto roto y pista de grava suelta después, antes de adentrarnos en la senda de descenso a la Cala Portitxol. Al duro ascenso le añadiremos los siguientes ingredientes, mucho calor, son las 15.30h de la tarde, y el estómago en plena digestión. A duras penas atravieso la accidentada urbanización y tomo el sendero. Es ciclable, tendrá un kilómetro y medio y vas en todo momento a la sombra de los pinos. Maravillosas vistas de la costa y vertiginosas cuando el sendero queda a dos palmos del precipicio separados por una alambrada. El sendero tiene dos partes "complicadillas", a mitad del mismo perdí la huella buena y me tocó bajar un tramo muy roto a pie, a la subida lo hice por el lado bueno. La última parte no es muy ciclable, pero ya estás casi en la misma cala y solo serán 20 metros. Una vez en la cala un baño y descansar para lo que me espera.
La subida de la cala la compongo en dos partes, la no ciclable, los primero 200 metros prácticamente. La no ciclabilidad fue una mezcla de mi bajón físico tras el parón (¿enfriamiento?), y de las pendientes en los primeros metros. Una vez la cosa aflojó me armé de valor y paciencia y sobre la bici pude completar el resto del sendero hasta la parte más alta. Ya en la urbanización vino lo peor. Volver a subir la mitad de la urbanización fue una odisea. Malas sensaciones. Duras pendientes, mal estado del firme... ganas de vomitar, de parar, de respirar... y sin apenas agua. Re-armado de nuevo de valor y paciencia remonté las duras rampas, primero en grava y luego en asfalto para coronar con más pena que gloria la parte alta de la urbanización para dejarme caer, literalmente, de nuevo hasta Can Sulayetas, donde un refresco y una botella de agua de litroymedio en el camelback me resucitaron. Recuperado el resuello puse rumbo a Sta Eulalia. Quedaban 27 kms, un perfil descendente y dos repechos pronunciados se vislumbraban en el perfil del track. Primero por asfalto llaneé hacia Sant Miguel de Balasant. El pulso volvió a sus número normales, las piernas volvían a responder y así me puse a tono para recorrer lo que quedaba a un buen ritmo por caminos, carril bici y algo de asfalto entre tierras de cultivo y construcciones típicas ibicencas. Volvía la planicie de las inmediaciones de Sta Eulalia y yo terminaba la ruta con unas buenísimas sensaciones sobre la bici, dejando atrás el mal momento post-comida subiendo las pendientes de Illa Blanca.
Gran ruta. Exigente pero agradecida en las vistas y rincones que descubres. Variada y divertida. Recomendable para todo amante del BTT que quiera olvidarse de cronos, chips y dorsales.
Agradecer a Dani y a Quico de Kandani sus atenciones en todo momento, a Nacho sus consejos y sobre todo a Carmen al asumir durante el fin de semana sus y mis obligaciones paternales.
Fotos de la Jornada
Menuda aventura ibicenca y menuda crónica, espero que nos veamos pronto en otra escapada btt por la isla! magnífica la crónica como siempre!
ResponderEliminarY menudo regalo de cumpleaños!!!
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