El pasado domingo ciclé otra ruta de las que tenía apuntadas en la agenda desde hacía tiempo. La había visto en el wikiloc de Robertobtt (gracias por compartir) y tras la ausencia de mi compañero para la ruta prevista por Cárcer y Sellent preferí aplazarla. A las 8.15h ya estaba descargando la bicicleta en una zona recreativa a las afueras de Yátova y con el cielo completamente cubierto y alguna gotas cayendo ya, me armé de valor y empecé a rodar. Primero una bajada de fuerte pendiente por senda para enlazar con una pista fosteral que nos sube hasta la falda del Montrotón. Mientras me recreo con las vistas un grupo de bikers del C.C. de Yátova me dan alcance y ciclo con ellos durante un par de kilómetros. Tentado con la idea de unirme a ellos y compartir la mañana me encuentro con que mi track se separa de su recorrido, así que sin pensarlo mucho me tiro por una senda perdiendo de vista a la grupeta. La senda, muy rota al principio, mejora conforme avanzamos por ella introduciéndonos en un bosque bajo por donde es una delicia ciclar. Se alternan ahora tramos de camino con tramos de senda, aunque mayormente el trazado son sendas rotas, con mucha roca y con repechos de infarto que nos obligan a dar lo máximo. Avanzamos lentamente alternando zonas boscosas con zonas peladas e incluso cruzamos algún barranco. Nos acercamos al Pantano de Forata. Para llegar a éste nos adentramos en una zona boscosa de pinos que me resguardan del fuerte viento que comienza a soplar y empieza a caer una lluvia que me obliga a tirar de chubasquero. La lluvia no duró más de media hora. Una vez ya próximos al pantano, las vistas son excepcionales y vamos descendiendo para alcanzar el Barranco del Somerón. Es ahí donde comenzamos el ascenso ya por pistas en buen estado. Se alternan zonas muy duras pero por pistas, con zonas de llaneo hasta alcanzar la zona más bonita de la ruta: una cola del embalse donde hay que atravesar el Río Mijares. Es una delicia el paisaje de esta zona, con unas hoces bajas y muy abiertas formando un cañón por donde discurre pausada el agua del río. Cruzo el río mojándome tan solo la punta de la zapatilla y decido parar a descansar durante 10 minutos. Tomo fotos y disfruto del silencio y de la paz del lugar.
Retomo la marcha para subir a la Masía de Cueva Mora ya por caminos y poco a poco perdiendo de vista el Embalse.
Llegamos al kilómetro 26, donde empieza la traca final y zona más dura, de la ruta.
Comenzamos adentrándonos en un barranco y siguiendo un sendero en pendiente ascendente. Al principio muy roto y con mucha roca, después, es una delicia ciclar por ahí. El sendero se hace duro porque pica, poco, para arriba hasta llegar a una carretera que va a Yátova. Nosotros ciclamos por ésta durante unos kilómetros para abandonarla y tomar una pista que nos subirá al Pico de Pardenillas. La pista tiene tramos hormigonados y tramos con pendiente bastante dura. Se sube sin problemas aunque con lo que llevamos acumulado se sufre. Ya en lo alto desaparece el hormigón y un camino roto recorre el Alto para subirnos hasta una antena donde comienza un delicioso descenso por pista en buen estado hasta el pueblo. Desde ahí, mires donde mires, las vistas son espectaculares.
La ruta es muy bonita, tiene de todo y se disfruta muchísimo. Físicamente es exigente por los continuos repechos, que aunque cortos, se deben de ir superando. Muy recomendable.
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