Otra forma de disfrutar de la Sierra Calderona
El pasado domingo, con un gran esfuerzo de los cuatro miembros de la familia, estaba preparado para rodar a las 10h. Las lluvias que acaecían en la capital no se dejaron notar en la Sierra Calderona, aunque las nubes sí que hacían acto de presencia, lo que me brindaba una mañana ideal para la practica de la MTB.
La ruta del día era una combinación de varios tracks míos y de otros, con lo que la aventura estaba servida.
Salí a rodar enfundado en la nueva equipación del Club Ciclista Motilla, ver autofoto de rigor, por los caminos de la Torre de Porta Coeli. Ante la incredula mirada de dos biciclistas (Mario Vaquerizo rules) abandoné la pista principal para adentrarme entre unos matorrales por un camino roto que ya rode con más pena que gloria hace un año aproximadamente. Aquella vez fue muy distinta a ésta. Recordaba el trayecto de un par de kilómetros infumables en el lecho de un barranco lleno de pedrolos que apenas me permitían ciclar sobre la bici, y si a esto unimos zarzas a ambos lados, el resultado es que acabe como un cristo. Pero aquello fue entonces y esto es ahora. El lecho del barranco presentaba la misma mala pinta que antaño pero mi técnica ha mejorado considerablemente con lo que sorteé cuantos obstáculos se interponían en mi trazada para ciclar sobre el lecho del barranco en sentido ligeramente ascendente. El lecho del barranco se convertía en senda a veces y finalmente pasa a ser un camino cubierto por un tupido manto cual alfombra de florecillas, que me brindaban un tramo cuasi virgen para ciclar sin apenas hacer ruido ni molestar.
Así llegue al inicio de la bautizada y recientemente descubierta senda de la Torre. Primero un tramito ascendente, luego un eslalom entre pinos y luego una larga senda con buen firme, rápida y entretenida, a gran velocidad para soltar la primera descarga de adrenalina!
De ahí tocaba buscar los merenderos de Porta Coeli, así que transité paralelo al Barranco del Rubio con la subida técnica nuestra de cada dia, que no por más ciclada deja de ser más difícil, y de ahí hacia los merenderos de Porta Coeli pisteando a gran velocidad. Una vez en los merenderos busque la huella que me adentro en una gran pinada a través de una senda, siempre en sentido ascendente, para dejar se ser senda y convertirse en una trialera rocosa y bastante técnica, ver fotos, que me hicieron claudicar y poner pie a tierra. Así, transitando por senderos y trialeras crucé la cantera La Pedrera y de ahí busqué las pistas que me llevaban hacia Potrillos. La subida a Potrillos, como ya he comentado por aqué varias veces se puede hacer por dos sitios, larga y dureza media o corta y dureza alta. Opté por darle caña al cuerpo y la subí por la pared. Sí, sin poner pie a tierra pero penando lo nunca escrito. Es muy duro, lo único que te da fuerzas para no poner pie a tierra es saber que al volver la curva está el final del infierno en el que se convierte ese corto ascenso.
De ahí a la fuente de Potrillos, a descansar y rellenar botellín.
La vuelta de Potrillos era una incógnita para mí. Se puede hacer, y de hecho la he hecho de varias maneras, pero esta vez tocaba investigar esa senda de la que había oído hablar y allá me fuí. Tomé el camino indicado y a los pocos metros estaba inmerso en una gran pinada, cerradísima y un sendero hiperrodado por biciclistas en sentido descendente. Una gozada de senda a ratos. Un par de veces tuve que plantar pie a tierra pero el final de la senda es un cúmulo de bifurcaciones rollo "elige tu propia aventura". Gran descubrimiento.
Esta senda enlaza con el camino que hicimos de subida y tras transitar por la misma traza que a la ida durante unos kilómetros la abandomos para adentrarnos en una boscosa zona de pinar cerrado por la cual se disfruta de una magnífica senda fácil, larga y bonita. Esta senda cruza la carretera de los merenderos y se dirige, ya en camino, hacia el Hospital para girar y buscar los aparcamientos de los merenderos. De ahí buscamos una nueva zona de sendas rápidas y fáciles que nos hacen disfrutar nuevamente. Luego alternando pistas y sendas nos introducimos, siguiendo el track, en la zona de la Guarda. Nunca había ciclado por esta zona aunque la había visto a lo lejos miles de veces. Son sendas muy técnicas y pistas siempre en ascenso, al menos en el sentido que yo lo ciclé. Tiene una trialera de vértigo antes de introducirnos en el mismo lecho de un barranco. Hasta el barranco, quitando la trialera mencionada, todo va bien. Gran parte del barranco es ciclable pero tiene tramos muy cerrados por la vegetacion y difícilmente ciclables. Al salir del barranco la tónica no mejora y sigue siendo una senda casi inapreciable por la que hemos de subir hasta la balsa de riego de la zona de la Torre. Este último tramo se hace muy duro y gran parte del mismo lo hice a pie. Una vez arriba en la balsa las vistas son bonitas y solo nos queda una larga senda descendente para volver al inicio.
Yo, como tenia ganas de más, hice un bucle más por las sendas de la Torre para volver y bajar a visitar el estado del Barranco de Pedralbilla. Lamentable, parece un vertedero en la zona más próxima a la carretera.
Ruta que combina un poco de todo lo que te puedes encontrar en la Sierra Calderona sin un gran desnivel acumulado, aunque la ruta yo diria que es dura en algunos tramos y técnica, disfrutas mucho más que padeces. Muy muy recomendable, puesto que si crees conocer la Sierra Calderona esta ruta te hara cambiar de idea. Eso sé, el tramo del barranco de la zona de la Guarda y la subida a la balsa son muy duros y se pueden evitar tomando una pista que se ve claramente en el mapa de la zona.
Aquí deben de ir las fotos pero creo que con Internet Explorer no se cargan correctamente. Si no las ves y quieres verlas, pincha aquí
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