Volteta por Porta Coeli
o... como matar el gusanillo antes de que el solazo te mate a ti.
Con una ola de calor anunciada por activa y por pasiva en todos los medios de comunicación, me sentaba en el sillín casi a las 11h de la mañana cuando ya reinaba un sol de justicia. Así pues disponía de poco margen de tiempo para hacer algo digno sobre la bicicleta antes de que el sol me achicharrara.
Salí sin un rumbo fijo, aunque tenía claro que quería hacer algo parecido a lo de la semana anterior pero recortando y así lo hice.
Cicle las sendas de la Torre donde cada vez disfruto más, lástima que se acaben tan pronto! Ahí pasé por encima de una culebra que enrollada abultaba bastante, así que le hecho yo que mediría más de metro y medio, jejeje, no sé ni como no se me enrolló a la rueda y la lio parda...
De ahí bajé hasta los merenderos de Porta Coeli donde enlacé con las sendas que hay entre los pinares y subí por camino hasta el antiguo camping. La subida la hice con un grupo de biciclistas bastante nutrido que paró a almorzar en el antiguo camping. Ahí descendí de nuevo hacia Porta Coeli. El descenso por camino empedrado donde reventé la recámara al coger una roca de aristas vivas de lleno. Llantazo!
Cambio la recámara y pongo rumbo hacia los merenderos de nuevo. Antes de llegar abandono la traza para encajonarme por unos caminos secundarios que me llevan a los caminos de la Torre. Ahí pongo rumbo a casa. A mitad del camino de vuelta salgo de la traza pensada para subir hasta el embalse de la Torre donde cojo una larga senda descendente. A mitad de la misma pillo una piedra a bastante velocidad y otra vez reventón de la recámara. A menos de 500 metros para llegar a casa y sin una bendita sombra donde hacer de mecánico decido patear lo poco que me queda para terminar así, con más pena que gloria, la cortita ruta del sábado.
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