Si las dos anteriores semanas ciclé tan solo dos días, esta última semana cicle tres días seguidos a saber, martes, miércoles y jueves. Los horarios de las idas y las vueltas son calcados puesto que el horario laboral es el que manda. Las idas siguen siendo sin luz solar durante los primeros kilómetros para disfrutar del amanecer ya en pleno Carraixet. Sigue habiendo muchos conejos, el otro día conté hasta 30 animalicos en menos de 2 kilómetros de trayecto. A la ida, hasta que no llego a la parte encauzada, no suelo encontrarme ni un alma (humana). La llegada a Valencia, después de una hora sin oir absolutamente nada, me agobia, y eso que es agosto y se supone que el tráfico baja considerablemente. A esas horas (7:30h) ya me encuentro a muchos biciclistas que van y vienen, cada uno con su rumbo. Me he dado cuenta de que hay cuatro fijos que siempre me cruzo en el mismo sitio a la misma hora. Estamos cronometrados. Al final del verano me echarán de menos, seguro. También me encuentro con el friki que pasea a su perro por el carril bici de Alboraya y que siempre adelanto en el mismo punto. El otro día salí cinco minutos tarde y el friki ya volvía en sentido contrario.
Las sensaciones son cada vez mejores, sobre todos las vueltas, donde el terreno pica hacia arriba e intento mantener un ritmo vivo pese al desnivel que voy acumulando. Hay días que las sensaciones no acompañan y me cuesta ciclar, pero al cabo de los primeros 10 kms el cuerpo se pone a tono y mantengo pulsaciones, cadencia y velocidad dentro de unos límites más que aceptables.
Me encanta ciclar por el tramo no encauzado, donde se alterna pista en buen estado, caminos rotos y caminos rellenos de materiales varios, véase, escombros, restos de alguna reforma casera, cantos rodados de lecho de río, revistasetc.
El Carraixet, en algunos tramos, parece un vertedero, literal. Montones de escombros se amontonan como custodiando mi paso y el olor, hay días que me hace apretar el ritmo conteniendo la respiración. Lamentable.
Hay un par de repechones, de varios metros, totalmente rotos donde debes de sortear bolos de piedras, vidrios, basura y un montón de "mierda" más. Los intento hacer a plato y aguantar la pendiente con el ritmo que llaneo.
Como digo las sensaciones son cada vez mejores, pero como casi todo en esta vida, tendrá que acabar y las vacaciones, que están a la vuelta de la esquina, supondrán un parón en este plan casero de entrenamiento que estoy realizando. De momento disfrutaremos de esta semana en la que estamos y de la siguiente, en las que todavía podré ir y volver descubriendo pequeños rincones ocultos del Carraixet. Como unas lagunas o charcas de agua embalsada donde varias familias remojaban sus cuerpos ante mi incrédula mirada. Los rigores del verano... se hacen notar.
El pasado miércoles sufrí mi primer pinchazo de la travesía, o más bien, reventón, en un plis todo el moco verde tiñó la cubierta. Nueve minutos y ya estaba de nuevo en marcha.
Los puntos de control los voy controlando, suelo mantener el tipo en los mismos y hay días en los que supero mis mejores marcas. Los días que tengo buenas sensaciones desde el kilómetro cero y si el tráfico me respeta, me lanzo a mejorar las marcas intermedias.
Esta semana tengo pensado ciclar de nuevo tres días y la semana, ya la última, tan solo dos.
Resumen de la semana:
- 2/8
- Ida: 30.80 kms
- Vuelta: 30.80 kms
- 3/8
- Ida: 30.80 kms
- Vuelta: 30.80 kms
- 4/8
- Ida: 30.80 kms
- Vuelta: 30.80 kms
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